Con dos órdenes ejecutivas, el presidente Donald Trump cambió el lunes la trayectoria de dos de las tecnologías amigables con el clima de más rápido crecimiento en los Estados Unidos: vehículos eléctricos y energía eólica.

Las órdenes apuntaron a los esfuerzos que la administración Biden había hecho para impulsar ambas tecnologías, que en los últimos años han ganado tracción en el impulso para descarbonizar el mercado energético de los Estados Unidos. Trump también declaró que Estados Unidos salir del Acuerdo de París, a través del cual las naciones establecen objetivos de reducción de emisiones de carbono para limitar el calentamiento global.

Una de las órdenes ejecutivas de Trump revirtió varias directivas centradas en el clima, especialmente los estándares de emisiones de tubo de escape destinados a fomentar la adopción de vehículos eléctricos. A lo largo de su campaña, Trump se comprometió a poner fin a la regulación, calificándola del "mandato de EV" del entonces presidente Joe Biden y sugiriendo que la regla obligó a los consumidores a comprar vehículos eléctricos caros.

Los defensores de los vehículos eléctricos criticaron la medida, y algunos señalaron que podría obstaculizar la competitividad de los Estados Unidos en el mercado mundial de automóviles.

"Sufrimos, perdemos, desperdiciamos oportunidades tomando este tipo de acciones", dijo Max Boykoff, profesor y presidente del Departamento de Estudios Ambientales de la Universidad de Colorado Boulder. “Porque otras naciones podrán dar un paso adelante y llenar ese vacío. Absolutamente, las empresas chinas ya están superando al mercado de vehículos eléctricos estadounidenses, y están listas para hacer más ".

La administración Trump no respondió a una solicitud de comentarios.

La segunda orden detuvo temporalmente las aprobaciones federales para las ventas de arrendamiento de proyectos eólicos en alta mar en aguas federales y agencias federales restringidas de emitir nuevos permisos o préstamos para proyectos eólicos en tierra o en alta mar. En el orden, Trump sugirió que la energía eólica aumenta los costos de energía y afirmó falsamente que las turbinas eólicas "pueden provocar daños graves" al poner en peligro la vida marina como las ballenas. No hay vínculos conocidos entre las turbinas eólicas en alta mar y las muertes de grandes ballenas, según la administración nacional oceánica y atmosférica.

Esa orden se encontró de manera similar con el retroceso de los defensores de la energía eólica. Jason Grumet, CEO de la American Clean Power Association, una organización comercial para compañías de energía limpia, dijo que bloquear la energía eólica socava el objetivo más amplio de Trump de "desatar energía estadounidense".

"La contradicción entre las órdenes ejecutivas centradas en la energía es marcada: mientras que, por un lado, la administración busca reducir la burocracia y desatar la producción de energía, por otro aumenta las barreras burocráticas, socavando el desarrollo de energía nacional y dañando a las empresas y trabajadores estadounidenses", dijo Grumet en una declaración.

Las órdenes de Trump se producen en medio de un crecimiento reciente en la adopción de vehículos eléctricos y energía eólica.

Las compras de vehículos eléctricos e híbridos representaron un récord del 20% de las ventas de automóviles nuevos en los EE. UU. El año pasado, informó CNBC, y un análisis global de S&P proyectó que para 2030, más de 1 de cada 4 nuevos pasajeros vendidos a nivel mundial será un vehículo eléctrico. Desde 2018, las ventas de automóviles eléctricos han crecido seis veces, según la Agencia Internacional de Energía.

Cuando se trata de energía eólica, la Administración de Información de Energía de los Estados Unidos predijo en 2023 que la energía solar y eólica constituiría la mayor parte de la nueva capacidad de energía del país para 2050. En marzo y abril, la energía eólica en alta mar generó más electricidad en los Estados Unidos que el carbón. Al mismo tiempo, sin embargo, el aumento de los costos de los productos básicos y los problemas de la cadena de suministro, entre otras tendencias macroeconómicas, han amenazado el aumento de la energía eólica, según la firma consultora McKinsey.

La energía eólica, especialmente las turbinas grandes, ha sido durante mucho tiempo un objetivo para Trump. Ha culpado repetidamente de proyectos eólicos en alta mar por un aumento en las muertes de ballenas a lo largo de la costa atlántica, aunque la mayoría de las mortalidades de ballenas documentadas se atribuyeron a los ataques de embarcaciones y enredos en equipos de pesca. Trump también ha sugerido que el ruido de las turbinas eólicas puede causar cáncer, aunque no hay evidencia de tal vínculo y que las turbinas eólicas matan a las aves. Esa última afirmación es correcta, aunque algunas investigaciones sugieren que las aves tienen más probabilidades de morir al construir huelgas y líneas eléctricas.

Los grupos climáticos, incluido el Fondo de Defensa Ambiental y el Sierra Club, dijeron que los cambios obligatorios en las órdenes ejecutivas de Trump amenazan el crecimiento de los empleos verdes, incluso en estados rojos como Georgia.

"Es una elección política a corto plazo con un posible daño económico a largo plazo", dijo Zara Ahmed, vicepresidenta de operaciones de políticas y asesoramiento de Carbon Direct, una firma de gestión de carbono, que se refiere a la orden ejecutiva de vehículos eléctricos.

Ahmed agregó que las regulaciones de Trump no "detendrían la inevitable marcha de la transición de tecnología limpia".

En otra orden ejecutiva emitida el lunes, Trump buscó poner fin a las habilidades de ciertos estados para establecer sus propios estándares para la adopción de vehículos eléctricos.

La orden se dirige a una exención federal que la administración Biden otorgó a California, lo que permitió al estado establecer estándares de contaminación de tubo de escape más estrictos que los límites federales. La regulación de California esencialmente prohibiría los nuevos automóviles con gasolina de sus carreteras para 2032. Washington, Nueva York y otros nueve estados han adoptado el estándar de California.

Paul Cort, un ex abogado de la Agencia de Protección Ambiental que ahora trabaja con la Earthjustice de la organización sin fines de lucro ambiental, dijo que espera que la orden de Trump se libra en la corte y no cree que se mantenga a los desafíos legales.

“Las regulaciones de California no se tratan solo de abordar el cambio climático. Estas reglas fueron creadas para que California, que lucha con los problemas de contaminación, pudiera cumplir con su calidad del aire y sus estándares de smog ”, dijo Cort. "¿Cuál es su posición legal para decir que California no puede limpiar sus autos?"